Una gran sala con paredes de colores. Tres cuadros enormes cuelgan de ellas. Dos grupos de personas contemplan las obras. Nadie habla. Primero una, después otra y, tras admirar la tercera, a otra sala.
Esta escena es habitual en los museos. ¿Pero qué ocurre cuando hay una persona con discapacidad visual? Eso es lo que tratamos de resolver con la colaboración del Museo de Bellas Artes de Bilbao, concretamente trabajando (tanto en EP como en ESO) con las seis obras que forman la exposición ARTE PARA TOCAR que se expone en el colegio del 25 al 29 de marzo.
Podríamos haber proyectado las obras en la pizarra digital durante las clases de Educación Plástica y Visual, pero hemos preferido ponernos en la piel de estas personas con disfunción visual y sentir de otro modo. Hemos recorrido la superficie de las obras con nuestras manos; centímetro a centímetro. Y como en ocasiones no era fácil hacerse una idea clara y completa de lo que había pintado el autor, hemos utilizado la expresión oral y el oído, es decir, lo hemos mirado a través de los ojos de un compañero. Al abrir los ojos y comprobar cómo era el cuadro, ¡nos hemos llevado más de una sorpresa! Es como cuando lees un libro y luego ves la peli: una cosa es cómo lo cuentan, y otra, a veces muy distinta, cómo te lo imaginas.
En esta ocasión, además de contar con la ayuda de Itziar del Museo de Bellas Artes de Bilbao, EL TACTO ha sido nuestro guía.

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