Al término de éstas, las primeras fiestas post-COVID del colegio, solo podemos decir que tanto niños/as como adultos las echábamos de menos.

Para la gran mayoría de nuestros alumnos/as ha sido un acontecimiento lúdico de proporciones desconocidas. Una oportunidad de jugar y bailar ellos mismos o de disfrutar viendo cómo lo hacen otros.

Hemos tenido hinchables, juegos tradicionales conducidos por alumnos/as de Bachillerato, minidisco (a cargo también de un alumno del colegio), actuación de payasos (compartiendo salón de actos con los compañeros de San José) y el añorado desfile.

Pero, sobre todo, ha servido para ayudarles a ir tomando conciencia de que cada clase no es un mundo (han crecido inmersos en los grupos burbuja) sino una parte integrada en la realidad colegial.

Más noticias en twitter e Instagram.

Noticias relacionadas