El pasado miércoles 18, los alumnos de E. Infantil se enfrentaron a una experiencia nueva: para ellos la experiencia ¡ESPUMA!.
 
Todo ello empezó con un curso de formación que, una empresa externa, vino a impartir a las andereños y personal de la etapa. En dicho curso se nos aleccionó sobre como reaccionar ante un fuego o incendio en el edificio. Nos sirvió para hacernos conscientes de las necesidades y para adjudicar funciones. También para determinar un orden de evacuación que, hasta ponerlo en práctica el día del simulacro desconocíamos si iba a ser eficaz o no.
 
Ya llevábamos unos días preparándoles desde clase para reaccionar rápida y eficazmente ante la emisión por el altavoz de Raquel de dicha palabra: ESPUMA. Los niños, a decir verdad, no entendían mucho. O casi nada. Pero iban aprendiendo a reaccionar. Las consignas eran:

     

  • Dejar lo que estuviéramos haciendo y ponernos en fila.
  • Agruparnos por parejas (exceptuando los más pequeños, que bastante hacían con salir ordenadamente).
  • Prestar atención a las indicaciones de andereño.
  • Salir de clase sin correr y, a poder ser (igual era mucho pedir) agachados.

 
Pues así lo hicimos y ¡sólo tardamos cinco minutos!. El orden de evacuación fue eficaz y los niños respondieron, mitad sorprendidos mitad asustados, muy ágilmente a los requerimientos de la situación.
 
Además, como es normal, se detectaron algunas necesidades y, fruto del simulacro ya nos han instalado una puerta quitamiedos y preparado una salida desde psikogela, que de necesitarlo algún día (¡ojalá nunca!) está fácilmente transitable.
 
Lo mejor de todo fueron los comentarios que os hicieron en casa; todo ello desde su interpretación subjetiva de la experiencia. Pero eso ya vosotros lo conocéis mejor que nosotras mismas.

 

Simulacro

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