Los días 25 y 26 de octubre se celebró en Zaragoza el XIV Congreso de la Amistad, organizado por la Federación Española de Asociaciones de Padres de Alumnos de Colegios Agustinianos (FAGAPA) bajo el auspicio del Colegio San Agustín de la capital aragonesa.
El congreso reunió a más de 150 asistentes pertenecientes a 19 colegios de agustinos de 16 localidades distintas de la geografía nacional y giró en torno a “La nueva evangelización de la familia desde la escuela”. En él estuvo presente, además de algunas personalidades del Gobierno de Aragón, el presidente de la CONCAPA, D. Luis Carbonell.
D. Celso Currás, educador, inspector y ex consejero de Educación de la Xunta de Galicia, en su ponencia, disertó sobre el tema ”¿Qué se desea para los hijos y qué se hace para conseguirlo?”, e hizo una profunda reflexión, avalada con numerosos datos, sobre la frecuente contradicción en las aspiraciones que las familias tienen para sus hijos y las expectativas que llevan a cabo para que se cumplan, abogó por el planteamiento claro y definido del proyecto de educación para los hijos, la implicación responsable de los padres en el mismo y la sintonía de valores con el centro escolar, teniendo siempre presente que los padres son los primeros y principales educadores de sus hijos.
Por su parte, el P. Mariano Boyano, religioso y educador agustino, habló sobre “La nueva evangelización de la familia desde la escuela, en clave agustiniana” y facilitó algunas claves para la labor evangelizadora desde la escuela tomando como referencia la doctrina de San Agustín y las exhortaciones de la encíclica Evangelii Gaudium del Papa Francisco, destacando la labor del educador agustiniano como un hombre de Dios que, a pesar de las dificultades se muestra como un cercano transmisor de la experiencia de Dios a través del anuncio y el testimonio del mensaje cristiano.
Los asistentes al congreso tuvieron la oportunidad de trasladarse a la cercana localidad de Cariñena, conocida por su producción vitivinícola, donde visitaron unas bodegas. El congreso se cerró con una solemne misa en la Basílica del Pilar, presidida por el obispo de Zaragoza. |
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